¿Y quién gobernará nuestro país? ¿Y, cómo orar?

Nuestro país, así como varios otros, se encuentra en una etapa de cambio en varios órdenes de gobierno. Hace unos días mi esposo estaba leyendo en su Biblia los capítulos 3 y 4 de Hechos de los Apóstoles, libro que narra los primeros tiempos de la Iglesia después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo.

En esos dos capítulos está la historia de cómo los apóstoles Pedro y Juan fueron encarcelados a causa de la curación milagrosa de un cojo y por enseñar sobre Jesús y su resurrección. Después de que les dieron audiencia no encontraron manera para castigarlos y los dejaron libres. En cuanto fueron liberados fueron a encontrarse con los demás creyentes y oraron:

“Cuando los creyentes oyeron las noticias, todos juntos alzaron sus voces en oración a Dios: «Oh Señor sobrerano, Creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo lo que hay en ellos…Los reyes de la tierra se prepararon para la batalla, los gobernantes se reunieron en contra del Señor y en contra de su Mesías… Sin embargo, todo lo que hicieron ya estaba determinado de antemano de acuerdo con tu voluntad. Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra. Extiende tu mano con poder sanador; que se hagan señales milagrosas y maravillas por medio del nombre de tu santo siervo Jesús». Después de esta oración, el lugar donde estaban reunidos tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo. Y predicaban con valentía la palabra de Dios. Hechos 4:24-31 NTV

Comentábamos mi esposo y yo que muchas veces hemos orado para que Dios cambie las circunstancias que prevalecen a nuestro alrededor, cosas como: “No permitas que tal o cual candidato gane las elecciones”, “No permitas que se apruebe esa ley y que nos lleve a la ruina”, “Ten misericordia de nuestra nación”, “que siga habiendo libertad religiosa”, etc., etc. Y sí, podemos pedir esas cosas, pero fue bonito descubrir que lo que la iglesia oró fue algo muy diferente.

En primer lugar, reconocieron que Dios es soberano; que Él es el creador de todo y todos.

Lo siguiente es que los gobernantes se reunieron en contra del mismo Señor (¿dónde hemos visto eso?) pero estos hermanos oraron diciendo: “todo está de acuerdo con tu voluntad”; reconociendo que Dios estaba en control.

En tercer lugar, pidieron por ellos mismos, no por las circunstancias. Pidieron que Dios les diera valor, porque al igual que nosotros, seguramente estaban experimentando temor; pero valor ¿para qué? ¿Para soportar? ¿Para confrontar? ¿Para hacer manifestaciones? ¡No! ¡Valor para predicar Su palabra!

En cuarto lugar, pidieron que Dios manifestara su poder a través milagros y maravillas por medio del nombre de Jesús.

La respuesta fue inmediata: El lugar tembló y TODOS los que estaban ahí fueron llenos del Espíritu Santo y llenos de valor para predicar.

¡Qué descanso es saber que Dios está en control de todo lo que sucede en nuestros gobiernos! ¡Qué gozo saber que Él sabe nuestros temores y escucha las oraciones dándonos poder para que Su palabra alcance a muchos más! Oremos

Bajo Su gracia,

Lily

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