Un viaje a través de Santiago (parte 3) Stg. 1:9-11

“Los creyentes que son pobres pueden estar orgullosos, porque Dios los ha honrado; y los que son ricos deberían estar orgullosos de que Dios los ha humillado. Se marchitarán como una pequeña flor de campo. Cuando el sol calienta mucho y se seca el pasto, la flor pierde su fuerza, cae y desaparece su belleza. De la misma manera, se marchitarán los ricos junto con todos sus logros.” Santiago 1:9-11 NTV

Este pasaje me trajo a la mente varios otros pasajes como el pasaje del rico y Lázaro: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado.” Lucas 16:19-25 RVR60

O el hombre que quería construir graneros para almacenar su gran cosecha «También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.» Lucas 12:16-21 RVR60

O el joven rico que se fue triste y lo que dijo Jesús cuando se fue: “Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Mt.19:24 RVR60 

Creo que en todos los casos el reproche de Jesús no era que fueran ricos sino que ponían su confianza en sus riquezas. En eso que, como dice Santiago “se marchitará”.

Me confrontó al ponerme a pensar en lo que pongo mi confianza y me di cuenta que en varias ocasiones, mi confianza no está en Dios sino en: tener trabajo, en una cuenta bancaria, en mi esposo, en mi familia, en amigos o hermanos en Cristo, en relaciones, en mí misma (mis fuerzas, salud, inteligencia, etc) en un techo, en los médicos y la lista sigue y sigue… No digo que no sean medios de gracia que Dios ha provisto; pero cuando hay una crisis ¿a quién busco primero? 

Todo lo anterior es falible y se acabará. La única persona fiable, infalible, constante ¡¡es Dios mismo!! 

En esta semana leí este pasaje de Nahúm 1:7: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” ¡Conoce a los que en confían en él! ¡Yo quiero que Él me conozca!

Lily

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