¿Amor de margarita?

Wayne Jacobsen dice que muchos hemos jugado el juego de “me ama, no me ama”. Se trata de deshojar una margarita pétalo por pétalo, y el último pétalo determina si el amor es correspondido por la persona amada. Si no nos gusta la última respuesta, pues simplemente tomamos otra margarita hasta que obtenemos la respuesta que queremos. Obviamente la realidad es que la dichosa margarita no decide nuestro destino amoroso, ni tomaremos decisiones verdaderas basándonos en lo que dice la margarita.

Lo triste del caso es que en diferentes ocasiones nos encontramos jugando este juego con Dios y su amor por nosotros, basándonos en las circunstancias que vivimos en el día a día.

Alguien me regala o puedo comprar lo que tanto he deseado: Dios me ama.

No me dieron el aumento de salario y a todos mis demás compañeros sí: Dios no me ama.

Me dieron la oportunidad de compartir en un grupo de estudio bíblico. Dios me ama

No he hecho mi devocional, ni orado lo suficiente. Dios no me ama.

Pude ayudar y orar por alguien que tenía necesidad. Dios me ama

Mi hijo está enfermo y no sana. Dios no me ama.

Hace tiempo que no he cedido a la tentación de algo que me dominaba. Dios me ama.

Exploté en ira y lastimé a la primer persona que me  encontré  en mi camino. Dios no me ama.

Cuando todo va marchando bien ¿Quién duda del amor de Dios? Lo sabemos: “Dios nos ama” y recitamos Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” y Jeremías 31:3: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

Sin embargo cuando empiezan a suceder cosas que no están de acuerdo a lo que pensamos que es una vida buena, nuestra creencia de que Dios nos ama empieza a tambalearse. Pensamos que si Dios nos amara entonces no permitiría que cosas difíciles y dolorosas sucedieran en nuestras vidas o que a lo mejor hemos hecho cosas que seguramente hacen que nos merezcamos la situación que estamos pasando, así que hacemos una lista de nuestro desempeño de los últimos días o meses.

Desde hace unos meses mi familia y yo hemos estado estudiando el libro de los Gálatas y sólo puedo decir que ha sido “aplastante” la realidad de que no puedo hacer nada para que Dios me ame más y tampoco puedo hacer nada para que Él me ame menos. Mi “desempeño” nada tiene que ver en absoluto con el amor que Él ya profesó por mí, y lo demostró al ir a la Cruz del Calvario, para tomar el lugar que me correspondía pagar: el precio de mi vida de pecado. Y qué es lo único que tengo que hacer: creer en su amor por mí. (“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo” Gálatas 2:16)

Otro versículo que ha estado presente en este último tiempo es Efesios 1:3-5. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación de este mundo…en amor” RVR1960. Ni siquiera había nacido cuando Él ya me amaba y así como no hice nada para nacer y vivir, tampoco puedo hacer nada para que él me ame. 2 Timoteo 1:9 “Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús; y ahora todo esto él nos lo ha hecho evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio de la Buena Noticia.” NTV

Me gustó esta frase del mismo libro de Jacobsen: “No es el miedo a perder el amor de Dios lo que te mantendrá en su camino, sino el simple gozo de vivir en ese amor cada día”.

Quizás es tiempo de dejar nuestras margaritas de lado y aprender a vivir aceptando ese amor eterno que nos ha sido otorgado.

Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; ¡y eso somos!” 1 Juan 3:1

Bajo su amor y su gracia

Lily L

No Responses

Write a response