¿Tienen un hogar feliz nuestros hijos?

Me encontré estos datos en dos excelentes libros y creo muy importante compartírselos:

«Hace algunos años el pastor Michael Pearl dio un seminario sobre vida familiar para familias que educan en el hogar. Antes de las conferencias se entregaron algunos cuestionarios para los hijos de esas familias, desde los que apenas podían escribir hasta los adultos solteros que aún vivían en casa. Se les hicieron dos preguntas:

1.      ¿Es feliz tu hogar?

2.      ¿Qué cosa quisieras cambiar en tu hogar, que te haría una persona más feliz?

Esperaban recibir respuestas como: tener ropa de marca, tener más libertad o quizá más acceso a video juegos. Sin embargo, las respuestas fueron entristecedoras y abrumadoras. De unas 75 respuestas sólo 2 ó 3 hijos consideraban que sus hogares eran felices. Casi todas las 75 respuestas a la segunda pregunta eran básicamente iguales. Desde los más pequeños hasta los universitarios tenían los mismos anhelos y angustias. Todos dijeron en esencia: “Yo quisiera que mamá y papá se amaran” “Nuestro hogar sería más feliz si mamá y papá no pelearan”, “Yo haría que mi mamá y mi papá se quisieran” “Yo quisiera que mamá no le contestara a papá, haciendo que se enoje y grite”; los mayores escribieron: “Nuestro hogar sería un hogar más pacífico si mamá no anduviera siempre con una amargura congelada” “Siento que vivimos en un campo de batalla”.»  Tomado el libro: Creada para ser su ayuda idónea Por: Debi Pearl

En otro libro encontré esto:

“Con mayor frecuencia los adolescentes están dejando la fe: se estima que entre 70 y 88 por ciento de jóvenes cristianos se aparta del cristianismo al finalizar su primer año de universidad”. Tomado del libro: Patrimonio espiritual  Por: Voddie Baucham Jr.

 

Estos datos me impactaron y me hicieron preguntarme si mis hijos viven en un hogar feliz y si de verdad están siendo guiados e instruidos para amar a Dios por convicción propia.

Creo que la mejor manera que ellos puedan ser felices y amar a Dios es cuando modelamos ante sus ojos nuestro caminar diario con Dios. Deuteronomio 6:5 al 7 dice: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”. Y Jesús agregó: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Marcos 12:31

¿Estamos amando personalmente a Dios con todo? ¿Estamos comprometidos con todo nuestro ser a cumplir sus mandamientos? ¿Las conversaciones que tenemos durante el día  y que escuchan nuestros hijos son relacionadas con la Palabra de Dios? ¿Estamos amando a cada uno de nuestros seres más próximos, nuestros cónyuges e hijos?

Difícil sí, pero Dios sigue diciendo:

«Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad»  2 Corintios 12:9

Pidamos de Su gracia para esta grandiosa labor que Dios nos ha encomendado.

Lily

No Responses

Write a response